¿Cuántas veces te has dicho que no eres suficiente? Probablemente muchas. Lo que estás experimentando es la malévola “Trampa de la Autoexigencia”.
La autoexigencia nos impulsa a mejorar y alcanzar la excelencia, lo cual suena fantástico, ¿verdad? Sin embargo, cuando se descontrola, puede convertirse en un tirano interno.
La autoexigencia es positiva si sabemos gestionarla bien. Sin embargo, a menudo termina controlando nuestras vidas, haciéndonos sentir que nada es lo suficientemente bueno o que no somos suficientemente buenxs. Esto nos lleva a un agotamiento constante y a una lucha continua. Como resultado, podemos sentir frustración, agotamiento y desmotivación por no alcanzar nuestras metas, o bien, perder el valor de nuestros logros porque siempre estamos buscando el siguiente objetivo.
Si no recibimos refuerzos positivos, que son esenciales para nuestra motivación y autoestima, nos sentiremos estancadxs. Si no se reconocer mis logros, ¿cómo sabré cuándo es suficiente? Si me critico constantemente, ¿cómo puedo sentirme suficiente? Siempre habrá alguien mejor en algo, pero eso no significa que no seamos valiosos y suficientes tal como somos.
Aquí tienes algunos síntomas de que tu autoexigencia ha cruzado la línea:
1. Te descalificas y criticas en exceso.
2. No te cuidas adecuadamente (saltas comidas, no duermes bien, eliminas tu tiempo de ocio).
3. No te refuerzas positivamente.
4. No descansas ni te das un respiro.
5. No celebras tus logros y pasas rápidamente al siguiente desafío.
6. No reconoces tus contribuciones y éxitos.
7. No estableces límites claros.
8. No aceptas tus límites naturales.
Para gestionar mejor la autoexigencia, sigue estos consejos:
1. Ponte metas realistas.
2. Divide tus metas en objetivos pequeños.
3. Celebra cada logro, por pequeño que sea.
4. Si te sientes cansado, detente y reevalúa la situación.
5. Recuerda por qué te fijaste esa meta.
6. Cuídate y respétate.
7. Acepta quién eres y hasta dónde puedes llegar.
8. Aprende de tus errores, no los veas como fracasos.
La autoexigencia bien gestionada puede ser una herramienta poderosa. Da lo mejor de ti sin perderte por el camino. Y cuando pienses que no es suficiente, recuerda: **Eres suficiente y lo que haces es suficiente**.
Recuerda:
La autoexigencia puede ser tu aliada si la manejas bien. No te dejes caer en la trampa. Celebra tus logros y cuídate en el camino. ¡Tú eres suficiente!