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Lo Difícil de una Ruptura: Afrontar las Emociones que la Acompañan

Terminar una relación no es solo dejar de hablar con esa persona; es también despedirse de sentimientos, planes, momentos y expectativas de futuro. Este proceso no se supera de un día para otro, como si fuera un resfriado. Al igual que un duelo tras una pérdida, una ruptura amorosa nos exige pasar por un proceso de adaptación emocional.

El duelo es ese proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida significativa, ya sea de un ser querido, un empleo o una relación. Una de las partes más difíciles de una ruptura es enfrentar las emociones desagradables que la acompañan: vacío, soledad, tristeza, nostalgia… Emociones que nos incomodan y que tratamos de evitar a toda costa, ya que nos resultan desagradables y nos hacen sufrir. 

Aquí viene el primer error: tratar de ignorar estas emociones, esperando que desaparezcan por arte de magia. ¡Gran equivocación! Es como intentar esconder el polvo bajo la alfombra; no solo sigue ahí, sino que se acumula. Estas emociones tienen una función crucial para superar la pérdida. Nos recuerdan lo que significó esa relación para nosotros, lo que nos afectó y que necesitamos atender esa falta para poder reconstruir y reorganizar nuestra vida. Por lo tanto, son emociones que tienen que ser atendidas, y que si ignoramos, acabarán manifestándose en otro momento de manera más intensa.

Ignorar nuestras emociones no las elimina; solo las convierte en minas emocionales, dispuestas a explotar en cualquier momento. 

Algunas estrategias comunes (y no muy recomendables) para evitar estas emociones incluyen:

-Consumo de sustancias: El famoso “beber para olvidar”, un clásico de las canciones de desamor, que más que olvidar, nos trae resacas monumentales y alguna que otra adicción.

Relaciones sexuales esporádica frecuentes: Buscando llenar el vacío de manera incorrecta y arriesgando nuestra salud si no tomamos precauciones. No, recrear el bienestar de la relación pasada no funciona así.

– Relaciones «liana»: La idea de que «un clavo saca otro clavo» es muy tentadora, pero no es real. Este tipo de relaciones solo sirven para tapar nuestro dolor sin realmente cerrarlo, lo cual puede afectar negativamente nuestra nueva relación.

Otras formas de evitación incluyen el trabajo compulsivo o socializar en exceso para no estar en casa. Estas estrategias, aunque comunes, no son efectivas para superar el duelo.

Superar una ruptura requiere tiempo y dedicación para atender nuestras emociones, darles significado, aceptar la ruptura y proyectar nuestro futuro sin esa persona. 

Así que podríamos decir que una relación es como una serie de televisión: importante, llena de momentos significativos y, cuando llega a su fin, necesita su merecido «final de temporada», como nos paso con mi admirada FRIENDS. Dale la atención que merece para que, cuando cierres ese capítulo, puedas empezar nuevos episodios en el futuro, llenos de relaciones adaptativas y saludables, y evitar así ser un «personaje secundario» en tus propias historias.

Algunas propuestas para llevar mejor este proceso pueden ser:

Tiempo de calidad con familiares y amigos: Habla de cómo te sientes, pero también disfruta de actividades que te distraigan y te hagan sentir bien. Hay tiempo para todo.

No temas estar solx: Aprende a dar un nuevo sentido a la soledad, permitete sentir y regular tus emociones, es el mejor momento.  Escribe lo que sientes para desahogarte y analizar lo que más te preocupa o afecta.

– Haz cosas que te hagan sentir bien, como leer, ver series, dibujar, tomar un buen baño o arreglarte, lo que viene siendo autocuidado.  Si te faltan ideas, haz una lista de actividades agradables. Incluso en soledad, podemos disfrutar de tiempo de calidad.

El duelo es un proceso natural y adaptativo, aunque a veces puede ser complicado. Si sientes que afrontar este proceso es demasiado doloroso, busca ayuda. En Dulae, estamos aquí para ayudarte a afrontar estos momentos difíciles. ¡ 

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